domingo, 23 de febrero de 2014

INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN EL RENDIMIENTO ACADÉMICO DE LOS ADOLESCENTES por CHRISTIE MARLENE OSUNA SÁNCHEZ




UNIVERSIDAD DEL PACÍFICO NORTE

INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN EL RENDIMIENTO
ACADÉMICO DE LOS ADOLESCENTES

CHRISTIE MARLENE OSUNA SÁNCHEZ


PROFESOR
VÍCTOR MANUEL SANDOVAL CEJA


RESUMEN

Entre los factores que más se asocian con el rendimiento académico, se encuentra la familia, que, en la actualidad, no cubre plenamente el papel de socializar al niño, por lo que la escuela  empieza a ser objeto de nuevas demandas.
El objetivo de este ensayo es analizar la influencia que ejerce la familia en el rendimiento escolar, desde un modelo psicológico con el fin de contribuir en la detección e intervención de problemas emocionales en los adolescentes. Además, proponer una re-conceptualización del rol docente, tomando como base un enfoque multidisciplinar de la educación, convirtiendo al alumno en protagonista de su formación.

INTRODUCCIÓN
            En la actualidad, el estudio de factores asociados con el rendimiento académico es uno de los temas más abordados por los investigadores de la educación y uno de los más preocupantes pues se ha convertido en un aspecto determinante del fracaso escolar.
            Entre los factores que más se asocian con el rendimiento escolar, se encuentra la familia, la cual puede ser generador de salud, o causante de problemas emocionales, tales como la depresión y la ideación suicida. Esta situación es alarmante, debido a que el riesgo al que se enfrentan los adolescentes puede llegar a ser irreparable.
            En nuestro país, los cambios de la sociedad han impactado la forma de organización de las familias, las cuales han tenido que adaptarse a nuevas circunstancias. Dentro de estos cambios se pueden mencionar la incorporación de la mujer en el ámbito laboral, el aumento de la esperanza de vida, así como el aumento de la tasa de divorcios.
            Hoy en día, la familia no cubre plenamente el papel de socializar al niño, por lo que la escuela no sólo no puede efectuar su tarea específica, sino que empieza a ser objeto de nuevas demandas, para las cuales no está preparada.
El objetivo de este ensayo es analizar la influencia que ejerce la familia en el rendimiento escolar desde un modelo psicológico con el fin de contribuir en la detección e intervención de problemas emocionales en los adolescentes.
Para esto, se realizó un sondeo en una escuela secundaria pública de turno vespertino, cuya población pertenece a la clase media baja, y que se encuentra ubicada en uno de los sectores considerados como uno de los más conflictivos, debido a la alta incidencia de problemas relacionados con la delincuencia.          
De este modo, se explican algunos conceptos de rendimiento académico y los factores asociados con el bajo aprovechamiento. Asimismo, se aborda el tema de la familia, desde su definición, la transformación que ha sufrido  y su impacto en el contexto educativo.
Por último, se propone una re-conceptualización de la función del docente, tomando como base un enfoque multidisciplinar de la educación, convirtiendo al alumno en el protagonista de su formación,  con la finalidad de encontrar estrategias que promuevan su crecimiento personal.
INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN EL RENDIMIENTO ACADÉMICO                                       DE LOS ADOLESCENTES

            Hoy en día, el estudio de los factores relacionados con el rendimiento académico, es uno de los temas más abordados por los investigadores de la educación. Sin embargo, la mayoría consideran únicamente factores psicopedagógicos, dejando de lado las variables ambientales como la familia, y las variables individuales como la personalidad y la etapa del desarrollo en la que se encuentra el sujeto.
            Por diversas razones, los alumnos pueden presentar bajo rendimiento escolar en algún momento de su vida escolar. En ocasiones, la causa se encuentra en un ambiente familiar problemático, en un conflicto personal del menor o en un desempeño deficiente del docente.
            El rendimiento académico puede ser considerado como el grado de eficiencia de un programa o instancia educativa con relación a sus propósitos o metas definidas con anterioridad (Ampudia, 1994).
            Asimismo, Pizarro (1985) lo concibe como una medida de las capacidades respondientes o indicativas que manifiestan, en forma estimativa, lo que una persona ha aprendido como consecuencia de un proceso de instrucción o formación.
            Se puede observar que las definiciones anteriores, consideran al rendimiento académico como los resultados de aprendizaje de los alumnos en relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje. No obstante, algunos autores señalan que el proceso educativo no es el único responsable, sino que deben considerarse también la influencia de otros factores de tipo psicológico, sociológico e institucional (Tejedor y Caride, 1988;  Canales, 1991; Ampudia, 1998; Baum, 1998). Uno de los principales factores asociados es la estructura familiar.
            El concepto de familia varía dependiendo de la disciplina que lo haga, la cultura y el momento histórico en que se defina. Lira (1998), considera a la familia como el grupo social formado por los miembros del hogar, emparentados entre sí por sangre, adopción o matrimonio, incluyendo las uniones consensuales cuando son estables.
            En nuestro país, los cambios sociales han impactado en la forma en que se organizan las familias, las cuales han tenido que adaptarse a nuevas circunstancias. Entre estos cambios se pueden mencionar, el aumento de la esperanza de vida, el continuo descenso de la fecundidad, el aumento en la incidencia de uniones libres, sobre todo en los jóvenes y menor cantidad de matrimonios religiosos, la disolución de las uniones por separación o por divorcio y, uno de los más impactantes, la incorporación masiva de la mujer al ámbito laboral (Merino, 2006).
            Guzmán (2007), señala que en la actualidad existen diferentes tipos de estructura familiar,  tales como hogares nucleares con madre, padres e hijos; hogares monoparentales con un papá o una mamá como único responsable familiar; familias compuestas, es decir, con hijos adoptivos; familias reconstituidas donde el padre o la madre aportan hijos de anteriores matrimonios; familias donde hay medios hermanos y hermanas; familias de varias mujeres, abuela, madre e hija y familias extensas donde se apoyan y conviven varias generaciones; así como muchas otras particularidades que asumen las parejas al constituirse como familia.
            Así pues, se puede decir que hoy en día no existen familias tradicionales o familias modernas; simplemente son diferentes formas y estilos de organizar la educación y socialización de los hijos. Las semejanzas o diferencias tienen que ver principalmente con el manejo que se hace del amor y de los límites.
            De este modo, aunque se habla del peligro de desintegración familiar y la pérdida de cohesión social, al parecer lo que se está presentando es la transformación de la familia (Santrock, 2002).
            A pesar de los cambios mencionados, la familia sigue siendo el principal espacio para el desarrollo integral del individuo.  Es la primera institución socializadora que transmite valores, normas y una cultura; enseña roles o papeles sociales que hombres y mujeres deben desempeñar; modela las formas de comunicación y en general, transmite principios humanos. En todas las culturas, imprime a sus miembros un sentimiento de identidad (Guzmán, 2007).
            Sin embargo, la familia hoy en día no cubre plenamente el papel de socializar al niño, por lo que la escuela no solo no puede efectuar su tarea específica, sino que empieza a ser objeto de nuevas demandas, para las cuales no está preparada.
            Antes de ponerse en contacto sus maestros, muchos niños ya han experimentado la influencia educativa del entorno familiar y de su entorno social, los que seguirán siendo determinantes, si no es que decisivos, durante la mayor parte de su educación.
            Con mayor frecuencia, los padres u otros familiares a cargo del niño se sienten desanimados o desconcertados ante la tarea de educarlo en el ámbito del hogar y lo abandonan a los maestros, mostrando luego mayor irritación ante las fallas de éstos, sin dejar de sentirse culpables por la obligación que eluden.
            Al llegar a la adolescencia, los jóvenes reaccionan de diferentes maneras. En ocasiones, ellos mismos desconocen qué les sucede y no les resulta fácil poner nombre a sentimientos como el enojo, la tristeza, el aburrimiento, el miedo y más aún, indagar qué situaciones y pensamientos los han generado.
            Minuchin (2004) señala, que es probable que ante estas circunstancias se generen síntomas depresivos, de estrés y ansiedad, que pueden asociarse a problemas más graves como la violencia, adicciones y dificultades escolares.
            En muchos casos, esta situación puede orillar a los adolescentes a pensar en el suicidio (Monroy, 2007), lo cual es alarmante y el riesgo al que se enfrentan los jóvenes ante su problemática, como consecuencia de un estado emocional inestable puede llegar a ser irreparable.
            Así pues, la influencia de la familia es trascendental; es el principal vínculo afectivo entre el niño y su medio ambiente, por lo que puede ser un generador de salud o bien, causante de problemas emocionales (Rutter, 1993), los cuales a su vez, impactan inevitablemente en su rendimiento académico.
            Las aportaciones anteriores muestran que el estudio del rendimiento académico debe ser realizado considerando una gran variedad de factores que se involucran directamente con la personalidad del individuo y su contexto,  pues el enfocarse únicamente al aspecto educativo como los contenidos, los métodos de enseñanza o los criterios de evaluación, no ha dado una explicación suficientemente convincente al problema de bajo rendimiento.
            Para dar sustento a este ensayo, se realizó un sondeo en una secundaria pública de turno vespertino, cuyo nivel socioeconómico puede considerarse como medio-bajo, de la ciudad de Mazatlán, ubicada en uno de los sectores considerados como más conflictivos debido a su alto índice de delincuencia, teniendo como propósito conocer las características de una población que está presentando problemas académicos y ha reportado experiencias familiares conflictivas que deben ser analizados, tomando en cuenta no solamente el aspecto escolar, sino también las variables individuales y contextuales que se relacionan con su situación educativa.
            Este sondeo  se llevó a cabo con un total de 85 alumnos, divididos en 51 hombres y 34 mujeres, cuyas edades oscilan entre 13 y 16 años, pertenecientes a los tres grados de educación secundaria y que han presentado problemas en su rendimiento académico, comprendido entre 6.0 y 7.0 de promedio bimestral. Se utilizó la entrevista como instrumento de recopilación de datos, siendo su tema central la estructura y dinámica familiar en la que se encuentran inmersos los jóvenes.
En el Cuadro 1, se puede observar que respecto al estado civil, la mayoría de los padres, equivalente al 54%,  se encuentran separados o divorciados, mientras que el 42% viven casados o en unión libre.
Por otro lado, se encontró que en cuanto al tipo de estructura familiar, el 29% pertenecen a familias monoparentales, siendo en su mayoría la madre jefa de familia; el 17% son familias reconstituidas que incluyen padrastro o madrastra que en algunos casos aportan hijos de sus matrimonios anteriores; el 12% de los alumnos viven en una familia extensa, en donde otros familiares  (abuelos, tíos) que no son sus padres, se encargan de su cuidado. Así pues, los datos muestran que solamente el 42% de los jóvenes se desenvuelven en familias de tipo biparental, expresando algunos que su padre o madre se ausenta temporalmente de casa por motivos laborales o bien, que la dinámica familiar es conflictiva.



             Cuadro 1. Jefe de Familia, Situación de los Padres y Estructura Familiar

SITUACIÓN DE LOS PADRES

FRECUENCIA
PORCENTAJE
CASADOS/UNIÓN LIBRE
36
42%
DIVORCIADOS/SEPARADOS
46
54%
PADRE FINADO
3
4%
TIPO DE ESTRUCTURA FAMILIAR

FRECUENCIA
PORCENTAJE
BIPARENTAL
36
42%
MONOPARENTAL
25
29%
RECONSTITUIDA
14
17%
EXTENSA
10
12%
JEFE DE FAMILIA

FRECUENCIA
PORCENTAJE
PADRE
39
46%
MADRE
23
27%
ABUELO
7
8%
TÍO
3
4%
PADRASTRO
13
15%

           
            Estos resultados refuerzan las aportaciones de Santrock (2002), quien indica que un mayor número de niños se cría dentro de familias divorciada familias reconstituidas y familias en las que la madre trabaja fuera del hogar y que a medida que el divorcio se vuelve epidémico, un alarmante número de niños crece en familias con un solo padre.
            Asimismo, se puede decir que las situaciones familiares que experimentan los adolescentes, están relacionados con la presencia de inestabilidad emocional, que puede generar conflictos graves como las adicciones, la violencia y lo más alarmante, considerando la etapa del desarrollo de los jóvenes, la ideación e intento suicida. Esto coincide con Horroks (2001), quien señala que mientras el adolescente esté en contacto con su familia, está muy influenciado por ésta, y se convierte en un factor determinante en su “espacio psicológico personal”.
Es evidente que esta alteración emocional impide que los alumnos se desarrollen normalmente en el ámbito escolar y pueden reaccionar con problemas de conducta y/o académicos que influyen inevitablemente en el desempeño escolar.
            Después de analizar la situación actual de la familia en nuestro país y su posible repercusión en el estado emocional de los adolescentes, así como estudiar los posibles factores ambientales que pueden relacionarse con el bajo rendimiento de una población de nivel secundaria,  se puede decir que indiscutiblemente nos encontramos en un periodo de transición, por lo que todos los elementos de la comunidad educativa es decir, docentes, alumnos y padres de familia, nos enfrentamos al reto de responder a las nuevas demandas sociales.
            Ante estos cambios, el modelo educativo tradicional no ha logrado obtener el nivel de calidad en términos cuantitativos ni cualitativos, a pesar de que se han elaborado reformas y transformaciones. Además, los resultados de diferentes investigaciones muestran que la práctica cotidiana en las aulas, lejos de generar aprendizajes significativos, propician apatía y aburrimiento en los alumnos, es decir, falta de motivación por aprender.
            Por este motivo, es necesario que la escuela como institución realice cambios en su organización, principalmente en el actual cotidiano del profesor, tomando en cuenta su rol como agente socializador.
            Para esto, se propone una re conceptualización del rol del docente, que durante años ha sido limitado en su capacidad creativa.  El sistema exige únicamente el cumplimiento de su programa y el mantenimiento de la conducta, dejando de lado otras variables como las características del entorno y de  personalidad que presenta el estudiante de hoy, por lo que su actividad se vuelve monótona y estereotipada.
            Al modificar la función del docente, se pretende que el maestro realice un diagnóstico con el cual pueda obtener información real de sus alumnos, principalmente de la dinámica familiar en la que se encuentran inmersos, con la finalidad de encontrar estrategias que promuevan el crecimiento personal de éstos.
  Asimismo, se sugiere un enfoque multidisciplinar de la educación, en donde se pueda realizar un intercambio de ideas y opiniones en el aula, el maestro aporte su experiencia y el alumno sus deseos de superación, su entusiasmo y su capacidad para incorporar nuevos conocimientos. Además,  es necesario que se establezcan los límites, haciendo hincapié en su claridad, su firmeza y funcionalidad.
Para lograr esto, es necesario convertir al alumno en protagonista de su formación, estableciendo acuerdos con el profesor, quien deberá mostrar una actitud empática, estabilidad emocional, dominio de su materia, ser auténtico y creativo, tener amplio conocimiento de la situación de los educandos y, principalmente, deberá ser capaz de transmitirle un sano sentido de la vida a los jóvenes que cada día llegan a nuestras aulas con más carencias emocionales, para que puedan reafirmar su identidad.
Así pues, es importante mencionar que se necesita continuar con esta línea de investigación referente a la influencia que ejerce hoy en día la familia en el contexto escolar, pues la situación actual le exige al individuo que se adapte a los cambios que están surgiendo en la sociedad, que de una u otra manera afectan la dinámica familiar.
Este hecho se relaciona con el rendimiento académico, debido a que es en la escuela donde se está manifestando la inestabilidad emocional en la que se encuentran los jóvenes y, además, porque considerando la función primordial que tiene toda institución educativa que es, formar individuos capaces de integrarse a una sociedad, es trascendental que se realicen investigaciones que puedan contribuir en la detección e intervención temprana de los problemas emocionales,  por lo que es necesario considerar al rendimiento académico desde un modelo psicológico y no únicamente desde lo pedagógico.

CONCLUSIONES

            Después de analizar la información se puede mencionar que la familia ha sufrido transformaciones en su estructura, debido a la gran cantidad de cambios sociales que de una u otra manera la han impactado. Entre esos cambios se pueden mencionar la incorporación de la mujer en el ámbito laboral y el aumento en la tasa de divorcios.
            A pesar de esto, la familia sigue siendo el espacio principal para el desarrollo integral del individuo. No obstante, hoy en día deja a la escuela la responsabilidad de formarlo, pues no puede cubrir plenamente su función.
Por otro lado, en el estudio se encontró que la mayor parte de los padres de los alumnos de la muestra,  son separados o divorciados. Asimismo, se puede mencionar que los jóvenes que pertenecen a hogares biparentales expresan ausencia paterna por cuestiones laborales y conflictos en la dinámica.
En cuanto a la estructura familiar, se pudo observar que la mayoría pertenece a nuevas formas de organización, esto es, familias monoparentales, siendo la madre la encargada de su cuidado; familias reconstituidas, que incluyen padrastro o madrastra y en algunos casos hijos de anteriores matrimonios;  y familias extensas, donde otros familiares son los responsables.
            Finalmente, se concluye que las situaciones familiares a las que se enfrentan diariamente los adolescentes pueden ser relacionados con alteraciones emocionales que impiden que los jóvenes se desarrollen de manera normal en el ámbito escolar. Asimismo,  el estrés que padecen puede originar reacciones negativas como son problemas conductuales y/o académicos que afectan su desempeño escolar.
            Dentro de estas reacciones se puede mencionar la conducta violenta, las autolesiones, el contacto con sustancias adictivas y, la más alarmante, considerando la etapa del desarrollo en la que se encuentran los jóvenes, es la ideación o intento suicida.
            Es por eso que se considera importante, que los investigadores de la educación contemplen el estudio del rendimiento académico desde un modelo psicológico y no únicamente desde el proceso de enseñanza-aprendizaje. La situación actual demanda a las instituciones educativas, que se adapten a los cambios que están surgiendo en su medio, recordando su función principal que es brindar una educación de calidad que le permita al individuo integrarse de la mejor manera a la sociedad.



BIBLIOGRAFÍA


Ampudia, A. (1994) citado en Figueroa, M. (2001). Factores psicosociales y de personalidad asociados con el rendimiento académico en adolescentes del género femenino. Tesis de maestría. Facultad de Psicología. México.

Guzmán, M. (2007). Las familias modernas y sus tensiones. Obtenido del Portal del Sistema Nacional e México.                    

Horrocks, J. E. (1986). Psicología de la adolescencia. México: Trillas.

Lira (1998) citado en Alcántara, M. (2005). Nivel de comunicación y manejo de límites en familias reconstituidas: Un estudio comparativo. Obtenido en el Portal del Instituto Mexicano de la Pareja. México, D.F.
http://www.ametep.com.mx/investigaciones/maestria_consuelo_alcantara.htm

Merino, B. (2006). Nuevas Formas de vivir en Sociedad. Obtenido de El Universal Online México, S.A. de C.V.

Minuchin, S. (2004). Familias y Terapia Familiar. México: Ed. Gedisa.

Monroy, E. (2007). Estrés, depresión y violencia en adolescentes. Obtenido del Portal del Sistema Nacional eMéxico.

Pizarro, R. (1985). Rasgos y Actitudes del Profesor Efectivo. Tesis para optar al Grado de Master en Ciencias de la Educación. Pontificia Universidad Católica de Chile.

Rutter, M. (1993): Resilience: Some conceptual considerations. Journal of Adolescent Health Vol. 14 n° 8.

Santrock, J. W. (2002). Psicología de la Educación. México: Ed. McGraw-Hill.

Tejedor y Caride (1988); Canales (1998); Ampudia (1998); Baum (1998) citados en Figueroa, M. (2001). Factores psicosociales y de personalidad asociados con el rendimiento académico en adolescentes del género femenino. Tesis de maestría. Facultad de Psicología. México.



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